Día 7. Tres muros y un foso
La tala de eucaliptos en Tralocastro ha servido para que emerjan, entre otras cosas, los distintos elementos defensivos del castro, que ocultaba la vegetación. Las defensas del asentamiento son concéntricas, tienen una planta ovalada y están formadas por un circuito interior, que protege la zona más elevada (la croa), y otros dos recintos exteriores. Entre el segundo y el tercer circuito hoy se ve perfectamente la depresión que dibuja el antiguo foso.
La zona de excavación arqueológica está situada en la parte oriental del castro, entre el primer y el segundo muro de defensa. En este sector estaba situada una puerta de acceso al asentamiento. Los trabajos realizados en estos días están sirviendo para sacar a la luz diferentes elementos constructivos relacionados con la protección de esta puerta entre la época castrexa y romana. Todavía falta encajar algunas piezas de este complejo y fragmentario puzle para comprenderlo en su integridad. Todo el equipo está trabajando en ello.
Las magníficas imágenes que estos días pueden ver en este diario de excavación son obra de Eloy Taboada y Víctor Rivera. Con su trabajo inmortalizan la parte técnica, pero también la humana del proyecto. La fotografía es un recurso de documentación fundamental en el sistema de registro de las tareas y de los hallazgos efectuados por el equipo. Hoy es imposible hacer arqueología sin la fotografía, en particular sin la aérea (gracias a la introducción del dron). Hasta mañana.