Día 5. Limpiando piedras mirando al mar

En esta jornada el equipo se ha concentrado en la limpieza de varios derrumbes de muros de piedra. Es una tarea minuciosa y ardua, pero fundamental en arqueología para poder comprender el proceso de destrucción de los edificios antiguos y hacer el proceso inverso, el de reconstruirlos. Poco a poco los muros de la construcción castrexa de “esquinas redondeadas” empiezan a definirse y a dibujar una planta rectangular de grandes dimensiones.

Tralocastro está situado sobre un montículo dominante en el valle de Esmelle, de unos 120 m de altitud. Eliminados los eucaliptos que invadían el yacimiento arqueológico, en este momento es posible ver una parte de la costa, en particular el faro de Cabo Prior y los islotes de Os Cabalos. El castro de Esmelle ahora sí, vuelve a mirar al mar como en la Antigüedad. La panorámica desde la cima es de una gran belleza paisajística.

La semana ha sido intensa, la campaña ya está rodando y el trabajo empieza a dar sus primeros frutos. La entrega y la implicación del equipo están siendo fundamentales. Tralocastro vuelve a renacer de su olvido bimilenario, al ritmo de las herramientas, de la metodología y del buen hacer de todos los que formamos este ilusionante proyecto científico y patrimonial. Unos días de descanso y volvemos a encontrarnos el lunes. Buen fin de semana.

Vista de Covas y del mar desde Tralocastro. Foto: Eloy Taboada

Paula y Lucía limpiando un derrumbe. Foto: Eloy Taboada.

Verónica, Antía y Borja luchando con las raíces y los tocones que invaden el sondeo. Foto: Eloy Taboada.

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