Castro de Esmelle: día 6

En la Era de la Nuevas Tecnologías, estas siguen siendo algunas de las “armas” usadas por los arqueólogos en su trabajo cotidiano. Foto: CAEP.

La excavación es el principal laboratorio de los arqueólogos. Aunque parezca una contradicción, excavar es la destrucción de un depósito, de un archivo histórico bajo tierra, con siglos o con milenios de antigüedad, con el único objetivo de reconstruir cómo vivieron nuestros antepasados. Excavamos para conocer. La excavación arqueológica consiste en leer un libro de historia, cuyas páginas son los niveles de tierra que conforman el yacimiento. Pero este es un libro muy singular. Es único e irrepetible. Cada nivel excavado es una página de nuestra historia, que solo podemos leer una vez. En ocasiones, la lectura de las hojas de ese viejo libro oculto en el subsuelo es sencilla y evidente, pero en otras hay lagunas que nos impiden una lectura rápida, segura y definitiva. Ese es el reto de la arqueología. Dar sentido a retazos, a fragmentos, a veces inconexos, de nuestro pasado. Una tarea, sin duda, apasionante. Es el arqueólogo ante la historia.

No buscamos tesoros. Un ejemplo. Hoy en Tralocastro, entre los fragmentos de cerámica castrexa, un sencillo objeto ha visto la luz. Y con él, un diminuto fragmento de historia sobre los antiguos moradores del castro. Se trata de una fusayola, un objeto utilizado como contrapeso para poder hilar con un huso vertical. La nuestra es una ficha circular de piedra, de unos pocos cm de diámetro, que nunca llegó a usarse, pues la perforación central (en la que se introducía el huso) está sin terminar. Posiblemente, por su humildad, esta fusayola no termine en la vitrina de un museo. Sin embargo, es una minúscula ventana, que nos introduce de lleno en la vida cotidiana, en la actividad textil, de un o una esmudiense de la Edad del Hierro.

Hoy fueron varias las visitas recibidas. Además de familiares y vecinos, nos acompañaron Paulino Gasalla, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de San Xoán de Esmelle, y Felipe Cotovad, arquitecto municipal del Concello de Ferrol, que nos mostraron su apoyo y reconocimiento por el trabajo realizado.

Hasta mañana: día 7.

Una de las visitas de esta jornada. Foto: Eloy Taboada.

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